Crónica - Primavera Sound 2013, Jueves

Lugar: Parc del Fórum (Barcelona) 
Promotor: Primavera Sound
Público: 50.000 aprox (día)
Fotografía: Primavera Sound/Dani Cantó/Eric Pamies/Xarlene/Santiago Periel

Primavera Sound 2013, las pretensiones de #bestfestivalever le vienen un poco grandes a cualquiera y de hecho se quedó a unos cuantos escalones de ese título. Un festival marcado por sangrantes cancelaciones como las de Band of Horses o Rodríguez, un frío de dos pares (al parecer el festival debía haberse celebrado un fin de semana despúes), los continuos vistazos al cielo temiendo la inminente lluvia que al final no fue, los sonidos irregulares de ciertos conciertos por culpa del viento enfrentados al sonido perfecto de otros tantos, los numerosos crowdsurfing, la noria presidiendo... Hemos vivido lo que parece una edición transitoria, un cambio en las formas del Primavera (que no el espíritu) y donde por supuesto también ha habido sitio para muchos recuerdos positivos, principalmente, sobre lo que transcurría encima de los escenarios. Aquí están nuestras tardías impresiones.

Wild Nothing * * *
Primer concierto de la tarde, bastante público para ser poco más de las seis de la tarde. Jack Tatum -ese individuo que se esconde detrás de Wild Nothing- llegaba con su último y pulido trabajo, "Nocturne" (2012, Bella Union), además de un EP con 7 canciones recién publicado, "Empty State" (2013, Bella Union). Si alguien estuvo en el Primavera Club de hace unos años recordará como su actuación no estuvo nada acertada. Sin embargo hace unos meses en el festival de Pitchfork firmaba una preciosa muestra de lo que pueden llegar a funcionar sus dos trabajos si se le pone un poco de cariño. Ese es Tatum, previsible y efectivo en el estudio, imprevisible e irregular sobre el escenario. En el escenario Heineken la mediocridad se apoderó de sus canciones para dar un show tirando a pobre y con pocos momentos de lucidez. El setlist no era malo: Shadow abriendo, Counting Days entre medias, la efectiva Only Heather seguida de dos de sus 'temazos' Living in Dreams y Paradise... La intención no era mala, pero sólo consiguieron destacar una animada Summer Holiday y la ya mencionada Paradise. El viento no ayudó, nada. (Jacobo Álvarez)

Woods * * * *
Paseo de rigor hasta la otra punta para llegar al Vice (que conste que no sé de que os seguís quejando, no me parece para tanto) donde tocaban los Woods con su propuesta de folk y psicodelia... merecia escenario principal, aunque allí refugiados sonaron muy bien, así que no habrá queja. No tuvieron reparo en pegar el pistoletazo de salida con el 'hit' de su último trabajo, Bend Beyond, muestra de lo que allí encontraríamos, fraseos embaucadores a pares con una instrumentación impecable, perdiéndose en sus mareas de guitarras propias de un rock de LSD de finales de los sesenta, principios de los setenta. Pecando de incrédulo, no esperaba encontrarme semejante muestra de buen gusto y de conexión con el público, que se amontonaba en esa esquinita del fórum para perderse en las melodías de los de Brooklyn. Tremendos. (Jacobo Álvarez)

Savages * * * *
Savages son energía pura. Mucha rabia, exceso de oscuridad y el baile a lo palmera de Jehnny Beth que dejó al público anonadado (y enamorado). Con solo un disco y el gran hype, Husbands en mente de todos, consiguieron hacer un debut redondo. ¿Qué sobró? Los problemas técnicos de la guitarra, una ducha de agua fría cuando nos encontrábamos en pleno calentón; el sol, demasiado para un post punk ejecutado con semejante garra. Savages son chicas de la noche. ¿Qué faltó? Minutos. 45 minutos (improvisaciones incluidas para hacer tiempo mientras se buscaba el fallo de sonido) se quedan muy cortos para un 'Silence Yourself' que se crecía por momentos en temas como City's Full o la impresionante She Will. Pese a lo accidentado de la actuación, supieron volver a desarmarnos a todos y dejarnos con la boca abierta para rematar con... ¡Husbands! ¡Husbands! ¡Husbands! Que vuelvan pronto, por favor. (María Carballo)
Tame Impala * * * * 1/2
A riesgo de collejas e insultos hacia mi persona diré que me mantengo en mis quince: "Lonerism" (2012, Modular) me sigue pareciendo mayor que "InnerSpeaker" (2010, Modular). ¿Hay alguien a estas alturas que sigue pensando que Tame Impala inventan algo nuevo? Kevin Parker es una gramola humana, una coctelera de sonidos que resulta en una de las mejores bebidas herederas de los Old Fashioned, por eso funciona tan bien, porque cada canción nos recuerda a mil melodias producidas desde los 60 hasta finales de los 80 y, el buen hacer de este australiano lo traslada a nuestro momento. Así de claro: el de Tame Impala fue uno de los grandes conciertos del Primavera Sound. Tras una intro, Solitude is Bliss abrió lo que sería una descarga de sus mayores temazos, véase la inmediata Apocalypse Dreams (posiblemente mi favorita, un precioso homenaje en varias partes a la música popular anglosajona de corte más psicodélico) o Endors Toi, la seguida descarga de singles Elephant y Feels Like We Only Go Backwards... Lo único que me sigue produciendo sentimientos enfrentados son las adaptaciones de ciertos temas como transiciones instrumentales: muy acertado para ajustarse a los tiempos de un festival, errónea elección transformar de semejante manera canciones como "Nothing That Has Happened..." que son de lo más impecable de su segundo trabajo. Quitando esto último, no hay ningún otro pero: el viento estuvo de su parte, toda la banda funcionó -mención especial al batería- y las proyecciones creaban una atmósfera ideal. Cierre rockero con Half Full Glass of Wine y tan tranquilos a casa demostrando que al rock aún le queda mucha vida aunque sea a base de revivals. (Jacobo Álvarez)
Dinosaur Jr. * * * *
Y Dinosaur Jr. lo volvieron hacer. No se puede dudar de ellos, si un caso puede que un día te apetezcan menos y bajes su nota hasta un inexplicable 7, pero de ahí no pasan. Son uno de los pilares de la música que genera un festival como el Priamvera Sound, y efectivamente, unos dinosaurios (disculpas) que no entienden de show business, ni pirotécnia ni dirigirse al público de manera graciosa. Con un bateria que remplazaba a Murph (por causas que no hemos conseguido sacar), empezaron con “The Lung” y “No Bones”, algo que nos inclinó a todos pensar que iba a ser un greatest hits para los fans de toda la vida, pero no. Luego vendrían “Rude” o “Watch The Corners”, de su último trabajo. Todas sonando brutas, potentes y musculosas, incluso la cándidad “Feel The Pain” o la bestialidad de cover del “Just Like Heaven”. La aparición de Damian Abraham, frontman de Fucked Up, en la final “Sludgfeast” solo hizo que elevar la contundencia de otro buen concierto de los inextingibles (de nuevo, perdón) Dinosaur Jr. (Jordi Isern)

Jessie Ware * * 1/2
Acercarte por casualidad, y ver cómo Jessie Ware se aleja de los registros por los que la conocimos en manos de unos SBRTKT (que bien podían haber repetido cartel) para convertirse en una especie de señorita que radia soul por todos sus poros, de ahí a la comparación que leemos por ahí con Sade y compañía pues como que nos faltaban unos jäger para verificarlo, vamos que no, quizás la falta de volumen del escenario dejó a medio gas la actuación de la inglesa. Ganas no la faltaron y repasó y dio buen manejo vocal a ese álbum de debut 'Devotion' con temas como 'Night Light' , 'Wildest Moments' o el mismo 'Devotion' , habrá que volver a ver  cómo evoluciona este sonido negroide en un ambiente más propicio porque a la muchacha talento le sobra. (Javier Peru)

The Postal Service * * * *
Dudo que Jimmy Tamborelo y Benjamin Gibbard se imaginaran hace diez años que iban a figurar en las primeras líneas de los mejores line-up del mundo y probablemente tampoco que, "Give Up" (2003, Sub Pop) su único disco como The Postal Service, iba a convertirse en un trabajo de culto para tanta gente. Desde 2013 es fácil dar por hecho lo que esta pareja firmó una década atrás, en el momento y - aunque suene a tópico- se adelantaron a muchos coetáneos, mientras la tendencia popular fijaba su mirada en las guitarras de gente como The Strokes. Cuatro sobre el escenario para la versión en directo, además de los ya mencionados Tamborelo (en su fuerte de programaciones) y Gibbard (voz, guitarra y a ratos batería), allí estaban Jenny Lewis con una fuerza espectacular y una alegre Laura Burnhenn tras sus teclados. Introducción, un "buenas noches" y un inicio impecable con la canción que abre el álbum, "The District Sleeps Alone Tonight", acertada elección. Quién no haya estado allí podrá pensar que es imposible -o al menos muy difícil- lanzarse a bailar con las canciones de Postal Service... que se lo digan a las miles de personas que allí se concentraban y pegaban saltos con la siguiente del setlist, We Will Become Silhouettes. El setlist no creo que fuese sorpresa para nadie, a excepción de los dos nuevos  temas -inmensos Turn Around y A Tattered Line of String- consistió en tocar el álbum al completo. Mucha nostalgia en uno de los conciertos más entrañables de la noche, uno de esos directos que recordarás con una sonrisa en la cara repasando memorias festivaleras a años vista. (Jacobo Álvarez)

Grizzly Bear * * * 1/2
Si empezabamos el repaso de la jornada de jueves hablando de un hombre irregular entre directos como es Jack Tatum, ahora nos toca hablar de una banda que lo es pero en un mismo directo. Grizzly Bear no falla en la interpretación, pero carga su setlist de altibajos, lo que es peligroso en un concierto a media noche. Firmaron uno de los mejores trabajos del pasado año "Shields" (2012, Warp) y su anterior LP, "Veckatimest" (2009, Warp) es otra maravilla. Así, lo que más brilla en su interpretación en vivo son los singles Sleeping Ute y Yet Again que salieron rápido para dejar sitio a un tramo más lánguido y recuperar con su tema bandera, Two Weeks. Tienen potencial y ya lo han demostrado en otras ocasiones, pero la hora no ayudaba... (Jacobo Álvarez)


Phoenix * * * * *
Si hacemos una valoración global del festival, podemos decir sin miedo que Phoenix se situan en el top 3 de conciertos. En matería de estudio se habían dejado el listón muy alto tras el "Wolfgang Amadeus Phoenix" (2009, Glassnote) y aunque adelantaron un single enorme como es Entertainment, su "Bankrupt" (2013, Glassnote) se queda a medio camino con un par de momentos lúcidos y un puñado de canciones que no arrancan ni un suspiro. Thomas Mars y los suyos lo saben y con más razón construyeron un setlist impepinable. Arranque con el mencionado single de este año, la continuación con la animada Lasso y así, como quien no quiere la cosa, te espetan en la cara Lisztomania. Sonrisa en las caras de los miles que se congregaban para ver lo mucho que se quiere a si mismo Mars -cosa que no le voy a reprochar, más que nada porque ayuda al dinamismo del concierto- y lo divertidos que pueden resultar los franceses. Además, suenan como un tiro, enormes, tanto que mis amigos y yo sospechábamos de un playback, al menos por parte de su frontman. Sitio para discografía anterior con Long Distance Call o ese himno a la juventud que es Too Young y que se mezcló a medias con Girlfriend. Paréntesis para desgranar lo mejor de su último trabajo con una traca de Trying to be Cool, Drakkar Noir  y Chloroform. Ahí llegó uno de los momentos más intensos del concierto -merecedor de más reconocimiento- con la mezcla de Love is Like A Sunset Pt.1, Bankrupt y Love is Like a Sunset Pt.2. Puede que a muchos se le hiciesen largos esos por lo menos 10 minutos sin pretensiones de hit inmediato, pero eso es lo que hace especial a esas dos piezas, una instrumental con tensión creciente en la que Mars se dedica un momento para tumbarse entre tanto bailoteo y derepente, estallido de acordes y un sol apareciendo en la pantalla del fondo. Impecables. Fences recuperaba el testigo después de este momento que desconcertó a unos cuantos despistados, perfecta para mover el cuerpo con su línea de bajo. Otro guiño a su nuevo disco, The Real Thing y vuelta otra vez a los saltos en masa con Armistice y sobre todo 1901. Despúes del frenesí que desató uno de sus hits por excelencia, momento pausado y acústico con una versión desnuda de Countdown en la barrera del público. Para cerrar Don't, Rome, un paseo hasta el centro del público, crowdsurfing de vuelta al escenario y una repetición de los coros de Entertainment... ¡con J. Mascis improvisando a la guitarra!  Puro entretenimiento. (Jacobo Álvarez)

Fuck Buttons * * * * 1/2
Lo de Fuck Buttons es algo así como experimentar un orgasmo con penetraciones a nivel auricular de esas que te retuercen por dentro para  no gemir pero sí apretar los dientes y decir, "ohhhhhh sí!". Andrew Hung y Benjamin John Power volvieron a postrarse en su estudiado laboratorio , donde las probetas se tornan en teclados, en sintes y cajas de música de donde emergen vibrantes referencias a la electrónica  más industrial o al techno más machacón, pero ojo, cuidado y mimado , con enérgicos golpes de distorsión vocal y percusiónes improvisadas para infundir aún más vibración a ese show que bebe de la catatonia y que hace retorcerse a cada signo del zodiaco en su Tarot Sport. Un show donde la pareja se fundía en unas visuales que hablaban por sí solas, el hombre y la máquina como un todo, la electrónica poseyendo el alma y fundida en un sólo ente, sí señores, aún me vibra la caja torácica con su show. (Javier Peru)

Animal Collective * * 1/2
No seamos crueles con Animal Collective. Es cierto que resultaron pesados, bastante pesados. También es cierto que nos acabamos marchando. Pero todo porque a las 3 de la mañana uno no está para historias psicodelicas y momentos de pausa y reflexión. Al igual que Wild Nothing y al contrario que James Blake -del que ya hablaremos- en el Pitchfork funcionaron mejor. De lo que vimos, lo salvable fue Today's Supernatural, pero es que ni con esas porque el sonido del escenario Primavera estaba siendo patético. Se lo decía a un colega, "esto me lo ponen a las diez y me lo gozo". Y tanto, pero escaleras abajo sonaban ritmos funky y había jarana. Hasta donde yo se, Barcelona y Animal Collective no conjugan. (Jacobo Álvarez)
Acabamos la noche con las sesiones de Jackmaster, que presentaba su Tweak-A-Holic, muy fina selección de disco y funk y el dj set de John Talabot, como siempre, impecable.

1 comentario:

Robert dijo...

La canción en que cantó Damian Abraham no era Sludgefeast, era una cover de Chunks de la banda de hardcore Last Rights! :)

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