Éxito absoluto. La noche del jueves en la Rock Kitchen no tiene otra descripción posible. Toda la sala (llena hasta la bandera) rezumaba ganas de pasarselo bien, y lo hicieron, desde los hits que pinchó Homeboy, hasta el final de esta segunda sesión de los conciertos del Pop & Dance.
Mientras la sala acababa de llenarse con los últimos rezagados, se subian a escena el dúo barcelonés
Hidrogenesse. Disfrazados de bailarina oriental y rapero americano, ambos con un corte esperpéntico, Genís y Carlos (respectivamente) empezaban el chorreo de hits: aunque costó arrancar, el público al completo acabaría saltando y coreando todos los temas, incluso los estribillos de los nuevos temas que presentaron, las ácidas letras de temas como
Estafa, y otros tantos con los que se metieron al público en el bolsillo, véanse
Vuelve conmigo a Italia,
Así se baila el siglo XX y por supuesto con coreografía incluida
, Disfraz de Tigre.Tras las correspondientes riadas de fumadores en el descanso, era el turno de los vascos.
Delorean ya juegan en otra liga: casi año y medio pasó entre la última vez que vi al grupo y el concierto en la Rock Kitchen; de aquella, con el EP
"Ayrton Senna" recién publicado y
"Subiza" en el tintero, los Delorean de 2009 quedan ya muy atrás, y es que el ritmo en el que mejoran estos chicos es trepidante.
Con una fuerza abrumadora y un espíritu festivo inagotable el jueves Delorean demostraban porqué se han ganado ese estatus de "banda clave" en el panorama músical de nuestro país.
Hasta el punto de llegar a arriesgar la integridad de los instrumentos, sobre el escenario se vivía una tormenta de electrónica impregnada de ese aura tropical que lleva
"Subiza", tormenta que rápido se contagiaría a la marea de gente, apelotonada para bailar versiones extendidas de temas como
Deli, Grow,
Stay Close...
Imposible estarse quieto con semejante panorama.