Los primeros subieron bastante tarde al escenario, y con un número considerable de público ya a la espera, comenzaron una sesión de rock electrónico apabullante que les sitúa entre unos indispensables para festivales a altas horas de la madrugada, una pena haber coincidido tan temprano con ellos y sobre todo que fuesen los primeros en tocar, pero estas cosas ya sabemos como funcionan.
Aunque desde el primer momento tuvieron al público (mayoritariamente fans) en el bolsillo, cada canción que pasaba aumentaba el ánimo de una sala llena, que pudo disfrutar de un repaso a "Diamantes" así como una mirada atrás a otros exitos como la bien recibida La marca en nuestra frente es la de Caín, quizás la que mejor sonó aunque no pudiese competir con el reciente single.
Si bien Toro fué el momento de los saltos, el de la locura colectiva sin dudarlo no fue otro que la versión Pixies de su debut, y muy agradecido fué el recibimiento que tuvo ese bis extenso. Un concierto con aires apoteósicos y sin fallos achacables al grupo, y si eso por sacar algo ¿por qué no "guarrean" más con los instrumentos y las distorsiones? Un servidor no se aburriría lo más mínimo si se pusiesen a hacer el capullo contra el ampli o se volviesen locos a base de toquetear los pedales...
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