Crónica: Electrogaze asesino

Obviando el handicap que resulta presenciar un concierto (y posiblemente darlo también) en la Rock Kitchen, voy a mojarme y asegurar que este jueves he podido presenciar la mejor sesión de las organizadas por Intromúsica en esta sala, y entiendo que pueda ser hablar de más ya que últimamente han pasado grupos nacionales de letras mayúsculas como Delorean, Triangulo de Amor Bizarro o Astrud, pero tanto los noveles Edredón como los navarros El Columpio Asesino dejaron claro el otro día que son capaces de estar a la altura de estos e incluso si se lo proponen superarles...

Los primeros subieron bastante tarde al escenario, y con un número considerable de público ya a la espera, comenzaron una sesión de rock electrónico apabullante que les sitúa entre unos indispensables para festivales a altas horas de la madrugada, una pena haber coincidido tan temprano con ellos y sobre todo que fuesen los primeros en tocar, pero estas cosas ya sabemos como funcionan.

Una vez acabados, y tras un descanso demasiado largo, se subían El Columpio Asesino maquinando lo que sería un concierto al puro estilo shoegazer. Haciendo honores a esta denominación, los de Iruña no levantaron demasiado la mirada salvo Álbaro y Cristina que dedicaron unas palabras al público en un par ocasiones. Empezando con Perlas, los navarros se mostraron en ocasiones frios, lo que no impidió que la "cocina del rock" se calentase como nunca, en especial tras Toro, el hit que volvió loco al público quedando pocas personas con los pies en el suelo.


Aunque desde el primer momento tuvieron al público (mayoritariamente fans) en el bolsillo, cada canción que pasaba aumentaba el ánimo de una sala llena, que pudo disfrutar de un repaso a "Diamantes" así como una mirada atrás a otros exitos como la bien recibida La marca en nuestra frente es la de Caín, quizás la que mejor sonó aunque no pudiese competir con el reciente single.



Si bien Toro fué el momento de los saltos, el de la locura colectiva sin dudarlo no fue otro que la versión Pixies de su debut, y muy agradecido fué el recibimiento que tuvo ese bis extenso. Un concierto con aires apoteósicos y sin fallos achacables al grupo, y si eso por sacar algo ¿por qué no "guarrean" más con los instrumentos y las distorsiones? Un servidor no se aburriría lo más mínimo si se pusiesen a hacer el capullo contra el ampli o se volviesen locos a base de toquetear los pedales...

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