Anoche era el día de cierre para esta edición del Primavera Club. Donde empezamos, acabamos: entramos en la Rock Kitchen. Al igual que el miércoles, tarde, perdiendonos así la actuación de Jaill. De todas maneras allí estabamos para ver el concierto de Male Bonding.
¿Por qué? Que alguien me explique ¿por qué Wavves no sonaron ni la mitad de bien que estos tíos? Si llego a ir con los ojos vendados no me hubiese creído que estaba en la misma sala que cuatro días antes. Con una guitarra demoledora y una batería impepinable los Bonding arrebataron las últimas fuerzas de una legión de resacosos fans y curiosos que llenaban la sala de aquella manera y sin mayor agobio que lo que le venía encima al día siguiente.
Tras unos 45 minutos reprimiendo a ratos su vena más grunge los Male Bonding se ausentaron para vender su merchandise, y dejaron sitio para los jovenzuelos Beach Fossils. Otra de mis apuestas fuertes para este festival, que al contrario que Wild Nothing no decepcionaron, aunque tampoco voy a mentir diciendo que fué un concierto por el que morir. Entre alguna que otra muestra de nervios los Fossils empezaron a tocar tema tras tema su disco homónimo si más que un par de comentarios por parte del cantante y con puntos álgidos, por llamarlos de alguna manera, en sus dos temas clave Daydream y Youth.
Sin más fuerzas para Screaming Females, cerramos el festival antes de tiempo con un buen sabor de boca y muchas ganas de repetir a pesar de algunos momentos amargos (y reitero: ropero CBA).
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