Crónica: La épica de Arcade Fire

Alrededor de unas 16.000 personas vivieron ayer una reconciliación con la música contemporanea.
Ésta puede cruzarle los cables a uno de vez en cuando si se encuentra con repetitivos álbumes de gente que rescata antiguas progresiones de acordes y atrofiados ritmos de percusión, pero otras veces nos ofrece regalos que rozan la divinidad (guste o no, esto es así).
Desde que en 2004 una pandilla de canadienses publicaron un disco llamado "Funeral", una obra de letras agonizantes y que simpatizantes con la muerte pero, cuya música a su vez, construía un camino de optimismo para el que está a la escucha, esto hacia que sus diez pistas no se mereciesen otra cosa que una matrícula. Más de lo mismo en 2007 con "Neon bible", y un tercer largo que aún sin conseguir la gloria consechada por sus dos hermanos mayores, recibe un notable alto bien merecido.

Anoche, después de un buen rato de Fucked Up y las vistas a la sudorosa barriga de su cantante (no es que fuese un espectáculo demasiado decepcionante, ni mucho menos, pero quien me va a negar que estaba muy fuera de lugar) se subían al escenario los ocho artífices de la música que esa noche sonaría en el Palacio de los Deportes de Madrid.
Ready to start. Estallido de emoción por parte del 'respetable', y con mucha razón. Aderezado con una gran pantalla que mostraba imágenes del grupo en directo y otros videos varios como fragmentos del reciente vídeo de Spike Jonze, la conexión entre el público y Win Butler fué inmediata, hasta el punto de emocionarse tanto el cantante de la banda como sus fans.

Lo que prosiguió no es fácil de contar en una bitácora. Un setlist impecable que a manos de los "plurinstrumentados" Arcade Fire conseguían transformar a sus fans en una legión de rebeldes que se dejaban la garganta para poder corearles.
Neighbourhood tanto la #1, como la #2 o la #3 no faltaron, así como No Cars Go, Keep the car running, Rebellion (Lies) o el emocionante cierre con Wake Up. Y por supuesto los nuevos favoritos como el nuevo single The Suburbs. Alrededor de 20 temas, algo menos de hora y media y mucha energía es lo que nos dieron ayer la banda a cambio de un pellizco en nuestra cartera.

Esto que sigue, es una recomendación para los fans de la banda: corred a la taquilla a por entradas para el próximo concierto, no dejeis que se hagan viejos o se enfaden entre ellos.
Razón tienen al decir por ahí que son el grupo de esta década.

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