Dorian son uno de esos grupos que tienen los llenos asegurados. Sin llegar a entrar, pero rozando el larguero del "mainstream", los catalanes afincados en la capital hacían un lleno en la sala Ya'sta este pasado viernes (sesión Pop & Dance) aún habiendo tocado un mes antes en La Riviera.
¿Sería por lo del formato acústico? ¿O será porque han llegado al nivel de provocar el fanatismo que llegaron a provocar otros nacionales como Deluxe o Vetusta Morla?
Tras una tremenda cola plagada de carmín y nervios, seguida de una espera considerable (suerte que el aire estaba a tope, si no sería para caerse en redondo) salían Marc y Belly acompañados de un nuevo y barbudo compañero en un formato bastante especial que contaba nada más que con un piano, guitarras y trompeta, sí trompeta.
Tienen suerte estos Dorian de tener el público que tienen, son muy queridos entre sus fans, hasta el punto de preguntar Marc: "¿Cuantos de vosotros estuvisteis en el concierto de La Riviera?" y que la mayor parte de la sala levantase la mano.
Dejando atrás referencias al grupo y sus seguidores vamos con la música, lo que hubo es lo que todos estamos acostumbrados a oír en un directo del grupo, Te echamos de menos, de su primer disco, un par del segundo véase Corta el aire o el hitazo Cualquier otra parte entre otras, y una mayoría del setlist compuesto por canciones de "La ciudad subterránea" como La mañana herida, o la que nadie se cortó en cantar: Las malas semillas. Y volviendo al tema de la trompeta, que bien quedó "maemía" (aunque para la próxima, espero que le den un poco más de protagonismo que el pobre hombre se dejaba el pulmón y casi no se le oía).El grupo se despedía temporalmente de la ciudad, mientras un emocionado Marc echaba la vista (algo llorosa) hacia sus planes de girar por otros países.
Todo un éxito para que nos vamos a engañar. La fiesta continuó y junto a Homeboy, los Dorian se pincharon unos temas durante el resto de la noche.
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