Crónica: Eels nos recuerdan lo que es el Rock

Eels noche en La Riviera (Foto: Rolling Stone)

Mientras los primeros asistentes al concierto hacían aparición en la pista escapando con escalofríos de las grandes corrientes del aire acondicionado, un hombre se subía al escenario para hacer muestra de un espectáculo de ventrílocuos, del que prefiero no hacer ningun comentario.
Acto seguido y mientras la gente llegaba a cuenta gotas se subía al escenario Alondra Bentley con la cara escondida tras una barba de broma inmensa y haciendo el chiste de que estaba claro que no era Mark Everett.
Tras un concierto que estuvo entre los 30/45 minutos de duración, la señorita Bentley (con chiste repetido del concierto de BCN) se bajaba de las tablas como se subió, sola y con ese aura de pop meloso al que nos tienen acostumbrados esta nueva generación de cantautoras "folk-poperas"...
Tras una espera de unos 18 minutos (tan solo con dos o tres de retraso según lo programado) y sonando When you wish upon a star, se subía al escenario Mr. E con un atuendo blanco (una especie de mono de trabajo), la barba que le caracteriza desde hace unos años, gafas de sol y un pañuelo en la cabeza a lo pirata.
La sala ya estaba prácticamente llena (finalmente se llenaría), y el sonido era bastante más que aceptable (excepto en los balcones). El público que no dejaba de comentar los últimos setlists y cuanto le había gustado el libro del señor Everett, transformaba al unísono sus caras en una inmensa sonrisa cuando el líder de los Eels iniciaba el show con Grace Kelly Blues...
Sale la banda. Tres canciones tardaron en coger el ritmo del concierto. Cuando parecía que iba a ser un concierto de pop intimista donde el folk tenía su parcela reservada sonaron los acordes de Prizefighter y fué donde el rock de raíces americanas estalló y se quedó toda la noche en la sala madrileña.

Un concierto básicamente centrado en la última "trilogía" de los Eels (Hombre Lobo, End Times, Tomorrow Morning): Tremendous Dynamite, Fresh Blood, Spectacular Girl, In my younger days... Pero donde hubo cabida para clásicos del "Souljacker", "Daisies of the Galaxy", "Beautiful Freak" o "Electro-shock blues". Algo que me llamó la atención fué la mezcla con el Twist'n'shout beatleliano del Mr. E's Beautiful Blues y la conversión de la popera My beloved monster para adaptarla completamente al ritmo del concierto retorciendola hasta hacerla una canción merecedora de haber nacido en los '60.
Y hablando de los '60 recordar las versiones de los Stones y Lovin' Spoonful (She said yeah y Summer in the city) además de Summertime de George Gershwin.

En definitiva una muestra rock de hora y media donde el público enloqueció, sonrió, hizo "manitas" o incluso recordó cuando, con el dinero de su primer trabajo, fué a la tienda del barrio a por el debut de una banda que, tras 15 años de carrera, 9 trabajos y un líder con 47 años y una vida que supera un melodrama sigue siendo clave en la escena alternativa.